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Se conoce como
flogger a una
moda adolescente originaria de
Argentina, que está estrechamente relacionada con
Fotolog.com, un sitio web donde se suben fotos y donde sus usuarios pueden comentar en ellas.
Se convirtió muy popular entre los
jóvenes, principalmente durante los años 2008 y 2009, transformándose en casi un hábito o forma de vida.
[1] Por dicha razón, a sus seguidores comúnmente suele considerárselos como
tribu urbana.
La palabra
flogger proviene de
"flog", apócope de
fotolog. La popularidad de un fotolog se basa en la cantidad de firmas (comentarios) diarias a las fotos y sus amigos/favoritos. Las fotos subidas en sus respectivos fotologs suelen ser
autorretratos.
Si bien la "
tribu urbana" de los floggers comenzó su mayor exposición a comienzos de
2008, ya venía gestándose desde antes.
Uno de los factores a tener en cuenta a la hora de analizar la interacción que con otras las
tribus o grupos, es la desigualdad social existente en el país en el cual se gesta, en donde los sectores los niveles sociales van desde la extrema riqueza a la extrema miseria. Una situación sociológicamente análoga al rótulo de
kulak, que se dio en el
Imperio Ruso, cuyos denominados no necesariamente tenían mucho, sino, en contraposición al resto, "algo". En Argentina, el equivalente a ese rótulo es el de
"chetos" (término igualmente referido a quien se percibe como adinerado - ya sea porque en realidad lo sea, intente aparentarlo, o como producto de la subjetividad de quien padece una condición económica aún más estrecha), equivalente a los términos
"Tukky" en
Venezuela,
"fresa" en
México,
"aniñado" en
Ecuador,
"flogger" en
Perú o
Colombia y
"pijo" en
España.
El estilo estético de la moda
flogger se compone principalmente por el uso de pantalones
chupines de colores llamativos. Usan como
zapatillas deportivas de lona o
skaters. El peinado que los distingue es semi-largo en los varones, esmeradamente lacio, y un flequillo en ambos géneros que es cruzado por la frente hasta combinarse con las patillas
La
ideología que comparten los floggers no se caracteriza por tener raíces especialmente profundas. Los ideales que particularizan a esta tribu tienen que ver con el culto a la propia imagen, el deseo de tener muchos admiradores, y el de ser reconocidos como famosos. Suelen mostrarse indiferentes ante las cuestiones sociales en general para centrarse en sí mismos la mayor parte del tiempo, y no son violentos.
(...) la búsqueda de popularidad es el eje central y se logra con una cámara de fotos, un par de poses y la subida constante de estas imágenes al sitio para que otros dejen mensaje y te valoren dentro del grupo. (...) aflora la personalidad individual dentro de esa masa grupal en que se cruzan la banalidad de la pose ensayada y la profundidad de la búsqueda de identidad e identificación. (...) Consolidaron en un "estilo de vida" parámetros rechazados, como la superficialidad, el narcisismo excesivo y el culto a la imagen (...) Lo suyo, claro, no es coraje, es impunidad. Es la que les da la adolescencia y la conciencia de saber que es un tiempo ideal para ser inmaduro. "No tenemos ideología", aseguran y dan el tiro de gracia al afirmar: "Nosotros sabemos que esto es pasajero porque somos adolescentes".
(...) "Es una envidia que tienen hacía nosotros, porque no se pueden vestir como nosotros", sentencia María José y agrega: "los varones floggers son muy metrosexuales". Esa dedicación a la apariencia no pasa desapercibida en casa. (...) "Somos demasiados superficiales", dicen de ellos mismos.
(...) "Trolas, putos, gays, Patito Feo son las cosas que nos gritan" cuentan.
Ellos, con altanería, miran de reojo y hacen oídos sordos enarbolando la consigna que una de las chicas tiene en su fotolog y que sintetiza el espíritu flogger:
"tu envidia alimenta mi ego".
Los rasgos de identidad que motivan las críticas más frecuentes que suele recibir este grupo, son diversos. Algunos los rechazan por el sólo hecho de no gustarles su estética, sus costumbres, la
música electrónica, o su falta de ideología de raíces profundas. Otros por su marcada utilización de
clichés propios, sumado a un carente manejo de vocabulario, en donde la precariedad lingüística pasa a instalarse como una moda, que indefectiblemente termina afianzándose como un rasgo
identitario relevante.
Son también criticados por subculturas marginales como los
punks y los
rolingas, en cuyo imaginario colectivo pasan de catalogarlos como simples
chetos, a relacionarlos directamente con el
establishment que concentra el poder en el país, sin ningún tipo de escalas. Parte de esta asociación es debida al conocimiento sobre los manejos de una mayor cantidad de dinero entre los floggers que entre otras tribus urbanas, en las cuales el consumismo no es exaltado ni establece un rasgo de pertenecia.
El hecho de ser o considerarse un
flogger ha sido criticado desde algunos sectores sociales haciendo hincapié en la sobreexposición de los adolescentes, señalando la particularidad de la publicación de fotos sugerentes, ya que
Fotolog.com no presenta un filtro para su protección, ni requiere una edad mínima para su registro.
[2] Sin embargo, si bien existe la posibilidad de publicar ese material, es poco frecuente, ya que tales fotos son eliminadas por parte de los administradores del sitio y suelen causar el cierre del
flog.
Su estética seriada y estereotipada les hizo ganar enemigos desde varias tribus urbanas y subculturas, que entendieron que les habían
robado elementos de sus propias estéticas. Por ejemplo, a los
rolingas, los floggers les
robaron el uso del característico
pañuelo deshilachado atado al cuello. Los
punks están peleados con los floggers porque, además de la cuestión ideológica, estos les
robaron el uso de los apretados pantalones
chupines. Y a los
Ramones, la legendaria banda
estadounidense de
punk rock (que especialmente en
Argentina causó sensación tras sus visitas continuas al país entre
1987 y
1996) estos les
robaron el uso de las zapatillas
Converse.
[editar] Discriminación
Una vez que estalló la popularidad de la tribu urbana de los floggers, se generó un rechazo hacia estos desde varias subculturas específicas que ya existían y que tenían una impronta callejera o barrial, como los
punks, los
metaleros, los
rolingas y los
cumbieros, todas de orígenes marginales. En cambio, una de las tribus que no rechazó a los floggers y que luego desapareció (coincidiendo con el traspaso de muchos de ellos a la tribu de los floggers) fue la de los
alternos, cuyas características influenciaron notablemente a los floggers y sirvieron de precursores antes de que estos últimos aparecieran.
Los
floggers suelen ser catalogados como
estereotipados por seguir un patrón común de conducta y estilo, por lo cual suelen ser motivo de burla o rechazo por parte de los que pertenecen a subculturas de jóvenes antagónicas, principalmente desde los
cumbieros.
[3] [4]
El hecho de que estos aceptaran participar de comerciales, además, agudizó las distancias con las subculturas más comprometidas políticamente (como los
punks y los
metaleros), ya que interpretaron que las empresas estaban aprovechando una moda con fines lucrativos. El resultado fue un mayor aumento de la brecha que separaba a los floggers de las subculturas anteriores, en gran parte agravada por la asociación que los grupos más desfavorecidos rápidamente hacen entre los floggers y el
establishment (enemigo de algunas subculturas enfrentadas a los floggers, como los punk y los rolingas). Esto generó aún más rechazo entre los demás detractores, que ya habían tildado anteriormente a los floggers como
"niños buenos",
"niños mimados",
"niños afeminados" o
"niños frívolos", además de rechazarlos por gustarles la
música electrónica.
En redes sociales como
Facebook pueden encontrarse diversos
grupos de odio que fomentan la intolerancia hacia los floggers.
[editar] Floggerfobia
A raíz de los fuertes
actos discriminatorios que cotidianamente se dieron desde otras "tribus", entre los cuales se cuentan
crímenes de odio, se ha comenzó a hablar de
floggerfobia.
El 21 de diciembre de 2008 un flogger de la ciudad argentina de
Córdoba fue asesinado por un grupo de cumbieros por el sólo hecho de ser flogger.
Un grupo de chicos que venía de un local en el que se baila cumbia persiguió a otro grupo insultándolos por ser de la tribu urbana de los floggers. Lograron atrapar a uno, lo golpearon brutalmente y falleció en el hospital. Tenía 16 años.
[5]Frases como "
Hay que matarlos a todos como cucarachas", "
Haga patria, mate a un flogger" o "
La revolución no usa chupines" fueron algunas de las que comenzaron a circular por Internet reinvindicando su asesinato.
[6]
El 12 de enero de 2009 otro
flogger fue asesinado a quemaropa por el sólo hecho de serlo, pero esta vez, en la provincia argentina de
Mendoza. Se trataba de dos amigos, cuando un criminal los encontró y, antes de disparar, les dijo "
Ustedes son floggers". Si bien ambos recibieron los disparos, uno de ellos pudo sobrevivir.
[7]
Días más tarde del mismo mes, un
flogger recibió golpizas de tal magnitud que lo dejaron inconciente y con convulsiones, nuevamente en la provincia argentina de
Córdoba. "
Vos sos flogger y yo cumbiero" fueron las últimas palabras que escuchó.
[8]
El 27 de enero de 2009, uno de los
flogger más reconocido del país, Marco Colom, recibió una fuerte paliza de parte de un grupo de 20 chicos cumbieros,
[9] sin mediar palabra alguna. A pesar de que sobrevivió, fue amenazado de muerte y los agresores prometieron volver. Su familia debió poner custodia privada.
[10]
El 16 de marzo de 2009, otro joven fue víctima de golpizas que lo llevaron al hospital por parte de un cumbiero, pero esta vez, en la provincia argentina de
Misiones.
[11]
Y como todos estos casos, tantos más. Cabe mencionar que los casos antedichos son meramente ejemplificativos, y se encuentran muy lejos de ser un recuento exhaustivo de las agresiones que recibieron los jóvenes seguidores de esta moda.
El 23 de diciembre de 2009 se llevó a cabo una marcha de floggers en la de la ciudad de Mendoza, en pedido de Justicia respecto al asesinato de un joven a manos de un cumbiero.
Meggan, una de las voceras del grupo, sentenció:
Estamos cansados de que nos quieran pegar. Cada ‘negro’ que pasa nos viene a agredir.
[12]Durante una entrevista a un grupo de floggers que llevó a cabo uno de los principales diarios de Argentina, uno de ellos sentenció con impotencia:
Íbamos caminando por el estacionamiento del supermercado
Jumbo de
Unicenter y nos cruzamos con un grupo de negros (sic). Y uno de ellos dijo: "esos son floggers , vamos a pegarles". Ellos eran más, así que si no salíamos corriendo, nos "cagaban" (mataban) a piñas.
[6]Los testimonios hacen referencia a la tribu que más persigue a los floggers, la de los cumbieros,
[13] conocidos peyorativamente como "negros" o "villeros" en el país, cuyas hostilidades van desde los meros insultos callejeros, hasta la propia muerte.
[editar] Componente homófobo
Al analizar las agresiones reportadas que reciben los floggers de la Argentina, principalmente a manos de los cumbieros
[14] , es posible identificar unas de otras a través de varios aspectos que las hacen particulares, como los nombres de los agresores y el de los agredidos, el lugar en el que transcurren los hechos, y hasta determinar los diversos grados de daño físico que ellas provocan, entre tantos otros, pero prácticamente en todas, se establece una constante: la alusión a la supuesta homosexualidad de los agredidos por parte de los agresores, antes, durante, o después de las golpizas.
Este rasgo que se reitera en casi todos los hechos, deja al descubierto un odio que subyace a un tipo de peinado, o un estilo de indumentaria. El
modus operandi utilizado por parte de la tribu que más hostiliza a los floggers revela, independientemente de cuáles sean las preferencias sexuales de los agredidos, el fuerte componente
homófobo que caracteriza a su idiosincrasia. Durante una entrevista a uno de los integrantes de
Damas Gratis, el primer grupo de
cumbia villera de la Argentina y el más emblemático en su género, latigó:
Somos negros villeros y eso no es una ofensa... No me molesta que me digan así. Somos negros ¿Y qué? Peor sería que me digan cheto,
esos sí que son todos putos, y eso sí que es una ofensa.
[15][editar] Entre el miedo y la autorepresión
Como resultado de las constantes agresiones que vienen sufriendo los floggers, generalmente a manos de los denominados cumbieros, es que muchos de ellos han comenzado a reprimir gran parte de sus actitudes distintivas, como la de vestirse de manera llamativa y ambigua, o la de llevar el flequillo lacio que los identifica. Se han reportado casos de padres de floggers que, a partir de los asesinatos perpetrados, han solicitado a sus hijos cortarse el cabello, y disimular su pertenencia al grupo.
[16]
La popularidad de la tribu urbana se extendió de tal forma que pronto aparecieron personajes públicos o de la farándula argentina que también comenzaron a usar el
look de los floggers. Un ejemplo de ello es el caso de algunos jugadores de
fútbol, muchos de los cuales ya lo usaban desde antes de que la moda estallara.
A pesar de ser una tribu cuyos orígenes se remontan a la Argentina, la moda se expandió a otros países, como por ejemplo,
Uruguay,
Colombia,
España y
Venezuela. En este último su existencia es relativamente reciente, y poco a poco se van extendiendo a lo largo y ancho del país. Aunque el estilo es el mismo, no se llevan
chupines tan coloridos y se los reconoce por la típica apariencia del cabello y el uso de zapatillas. No son estrictamente iguales a los de
Argentina, pero comparten las generalidades.
[editar] Véase también